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El poder de la Pasión y la Perseverancia: Resumen del libro GRIT de Angela Duckworth


Hace algunos meses atrás, en una clase del diplomado de Psicología Positiva y Educación, me encontré con el concepto de GRIT. Me sorprendió este constructo no solo por la nueva evidencia que ponía sobre la mesa en torno al tema del desarrollo de los potenciales y el camino al éxito personal, sino también por lo pertinente que resulta para el contexto educativo. No pude evitar conseguirme el libro y estudiarlo rápidamente.

El GRIT es el resultado de las investigaciones de la profesora y psicóloga norteamericana Angela Duckworth, quien en su afán por entender cuales son las claves psicológicas del éxito y del alto desempeño realiza desde inicios del milenio, extensas investigaciones empíricas, llegando a la conclusión de que las personas exitosas comparten un denominador común: pasión y perseverancia.

El grit es la pasión y la perseverancia existentes en cada persona ante las metas a largo plazo. Cada uno de nosotros, frente a una tarea o desafío se coloca ciertas metas y debe dedicarle cierto esfuerzo para poder llegar a cumplir con lo propuesto. Las personas con grit, describe Duckworth, son personas que han desarrollado excepcionalmente la capacidad no solo de enfocarse y perseverar, sino también de levantarse de un fracaso cada vez que fuese necesario.

En este pequeño texto, compartiré algunas cosas interesantes del libro “”GRIT: el poder de la pasión y la perseverancia” que pueden ser un aporte en el desarrollo personal, pero también interesante de mirar en el contexto educativo y laboral.

¿Por qué para la autora es tan relevante este concepto? A la luz de sus investigaciones, muestra como la pasión y la perseverancia son elementos más determinantes a la hora de obtener resultados que la inteligencia, el nivel sociocultural e incluso, el talento.

Una primera distinción interesante que se desarrolla en el libro, tiene que ver con poner entre paréntesis el rol del talento, como una vía regia para alcanzar el éxito. Duckworth pone en entredicho la excesiva importancia que se le da al talento y releva el hecho de que las personas exitosas (aquellas que logran sus metas de corto y largo plazo, sean estas ser millonario o tener una familia feliz) tienen una alta pasión por lo que hacen y la capacidad de perseverar frente a las dificultades.

A la base del desarrollo del grit está el interés. Nada nos puede mover la pasión y la perseverancia si es que no nos interesa. Cuando disfrutamos lo que nos interesa dice Duckworth, aparece la pasión. Decir “me apasiona lo que hago” habla de una persona que se siente cautivada por lo que hace, no de manera momentánea, sino que de manera permanente. Tras el interés, aparece la capacidad de practicar, dando pie al desarrollo de un propósito y finalmente de la esperanza, que es la que moviliza activamente la perseverancia.

Otro elemento relevante que expone Duckworth, basandose en sus investigaciones, dice relación con el hecho de que nos sentimos mucho mas satisfechos cuando trabajamos en algo que coincide con nuestros intereses personales que cuando lo hacemos por una motivación extrínseca. En resumen, cuando un trabajo nos interesa, rendimos mucho más.

Este elemento es tremendamente relevante en lo practico: las personas cuya ocupación es afín con sus intereses personales, rinden más, son más serviciales con sus compañeros y conservan el trabajo más tiempo.

Los alcances de esto son varios, sobre todo mirando la tendencia de las nuevas generaciones de emprendedores que buscan construir activamente un espacio laboral que les permita desarrollar su potencial y su pasión, pero también se vuelve un desafío para las empresas que buscan incorporar una nueva fuerza laboral que busca conectarse con el propósito y con los desafíos.

Otro elemento relevante que muestra Duckworth en su trabajo, tiene que ver con las características que presentan las personas que desarrollan el grit. Estas características no tienen que ver con el talento por si solo y tampoco las horas de práctica que se realizan para alcanzar la excelencia, sino que depende de lo que Anders Ericsson (citado por Duckworth) describe como la practica deliberada. Esta practica se caracteriza por la fijación de un objetivo, concentrarse en los puntos débiles, superarlos y volver a diseñar nuevos objetivos. Se desarrolla un ciclo que comienza con la incompetencia inconsciente hasta llegar a una competencia inconsciente.

Como atractivo adicional, Duckworth relata en su libro un interesante foro en donde participa el mismo Ericsson y Mihalyi Csikszentmihalyi, ambos referentes indiscutidos en el ámbito de la psicología por sus aportes a la comprensión del éxito y el alto desempeño. Ericsson es un experto de expertos (un experto en estudiar expertos) que ha investigado la mencionada practica deliberada y Csikszentmihalyi es – disculpando la reducción – un experto en flow. Para quienes no conocen el concepto, el flow es lo que se describe como un estado de alto desempeño en donde interactúan armoniosamente las fortalezas personales con un desafío importante, en donde no es posible monitorizar de manera consciente el paso del tiempo pero somos capaces de describir altos niveles de bienestar tras la experiencia.

Pese a que ambos estudian un fenómeno similar (el alto desempeño) lo describen de manera totalmente distinta. Pese a ello, Duckworth hábilmente reconoce y describe un punto de encuentro: la gente con grit hace más práctica deliberada y entra con mayor frecuencia en estados de flow.

Tras la lectura de los interesantes hallazgos de esta investigadora, me surge una reflexión que tiene que ver con lo que hoy se transmite en la educación de nuestro país y como la cultura de la inmediatez y de las evaluaciones estandarizadas conspiran para el desarrollo de la pasión y la perseverancia. Seria interesante pensar en modelos educativos que promuevan el reconocimiento de los intereses de los niños, que les enseñen acerca de la importancia de perseverar con educadores que sean ejemplos de este grit.

Queda como reflexión final, el reconocer que el talento es importante pero no es lo más importante. Muchas veces el centrarse en el talento limita el desarrollo de los potenciales de las personas y por tanto se restringen sus posibilidades de explorar en su verdadera pasión.

¿Y qué pasa con la felicidad? No podía faltar en este resumen algo que tiene que ver con mi propia pasión. Duckworth señala que cuanto más grit tiene una persona, más tiende a gozar de una vida sana emocionalmente. El grit esta estrechamente vinculado con el bienestar y por lo tanto resulta pertinente al menos, explorar en nuestra propia pasión y perseverancia y ver las posibilidades para incrementar nuestro grit en el día a día.

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